Entender el dolor crónico: cómo la educación en dolor puede ayudarte a vivir mejor

La Asociación Internacional del Estudio del Dolor describe el dolor crónico como una experiencia desagradable que persiste o reaparece durante más de tres meses. A diferencia del dolor agudo, el dolor persistente se convierte en una experiencia compleja que afecta no solo al cuerpo físico y sensorial, sino también a la esfera emocional, cognitiva y social de la persona.
Como habrás observado, la definición de dolor crónico no incluye un pronóstico, es decir, dolor crónico no significa para siempre. De hecho existen distintas estrategias para afrontarlo y la educación en dolor es una de ellas. Comprender qué sucede en nuestro cuerpo y contar con herramientas de autocuidado es fundamental para recuperar el bienestar y mejorar la calidad de vida.
El dolor crónico: un fenómeno multidimensional
El dolor crónico no se explica únicamente por la presencia de daño tisular. La investigación en neurociencia del dolor ha demostrado que en muchas personas la sensibilización del sistema nervioso, los factores psicoemocionales y el contexto social influyen de manera determinante en la experiencia dolorosa.
Por ello, el abordaje del dolor crónico requiere una visión biopsicosocial, que vaya más allá del uso exclusivo de tratamientos farmacológicos o intervenciones quirúrgicas.
La educación sanitaria como intervención terapéutica
La educación en neurociencia del dolor se ha consolidado como una estrategia basada en la evidencia. Se fundamenta en resignificar la experiencia dolorosa, desmitificando falsas creencias y mejorando la comprensión de nuestro cuerpo, para así tomar decisiones informadas sobre el tratamiento y adquirir herramientas para su manejo.
Para ello, en Caelum Clínica trabajamos desde una perspectiva de género interseccional y humanista, creando un espacio seguro basado en la comunicación bidireccional y en una relación horizontal con cada persona.
Objetivos de la educación sanitaria
Aunque los objetivos se adaptan a cada persona y su contexto, os compartimos los más importantes:
- Promover la comprensión del dolor: entender que el dolor no siempre indica la presencia de daño en el cuerpo.
- El dolor como fenómeno multidimensional: cómo los pensamientos, aprendizajes, creencias y emociones, junto con los determinantes sociales y de género, influyen en la experiencia de dolor.
- Empoderar a la persona: convertirla en protagonista activa de su tratamiento, reduciendo el miedo, la incertidumbre y promoviendo estrategias de autogestión.
- El dolor crónico no es para siempre: entender el dolor como una señal que se ha amplificado, pero que puede regularse y disminuir con el tiempo
Evidencia científica
Diversos estudios han mostrado que la educación en dolor:
- Disminuye la intensidad percibida y la discapacidad asociada.
- Mejora la función física y la calidad de vida.
- Reduce la dependencia de tratamientos exclusivamente farmacológicos.
Conclusiones
La educación en dolor crónico es una herramienta segura, efectiva y transformadora. Se trata de ofrecer explicaciones claras que ayuden a comprender lo que ocurre en el cuerpo y volver a confiar en él como aliado en el camino hacia el bienestar. Incluir programas de educación en el abordaje del dolor es un paso clave para un enfoque más humano e integral.
Para profundizar
Treede Rolf Detlef. Chronic pain as a symptom or a disease: the IASP Classification of Chronic Pain for the International Classification of Diseases (ICD-11). Pain. 2019.
Burke Esmeralda. Empowered management for pelvic pain: The experiences of women with persistent pelvic pain participating in an online self-directed self-management program while they wait for interprofessional care. Womens Health (Lond). 2024.
Foster G. Self-management education programmes by lay leaders for people with chronic conditions. Cochrane Database Syst Rev. 2007.
Mardon AK. «I wish I knew then what I know now» – pain science education concepts important for female persistent pelvic pain: a reflexive thematic analysis. Pain. 2024.