El ciclo menstrual, un signo vital
Desde 2004 y gracias a la Dra Paula Hillard, el ciclo menstrual es considerado un signo vital.
Junto con el pulso, la frecuencia respiratoria, la temperatura y la tensión arterial, el ciclo menstrual es un reflejo de nuestra estado de salud, y su registro supone una forma de autoconocimiento.
Eje hipotálamo-hipófisis-ovárico
El ciclo menstrual es el resultado de una comunicación de distintas glándulas, fundamentalmente hipotálamo, hipófisis y ovarios, que van a ser las encargadas producir las hormonas necesarias para llevar a cabo este complejo proceso.
Este eje no funciona de forma aislada, si no que se vincula con procesos internos (nuestra microbiota, tiroides, sistema nervioso…) y externos (luz solar, naturaleza, alimentos…).
El ciclo comienza el día 1 de menstruación y está dividido en 3 grandes fases: fase folicular, ovulación y fase lútea.
Fase folicular
Comienza el primer día de menstruación hasta la ovulación. Su duración es variable, es la que fluctúa cuando nuestros ciclos tienen duraciones diferentes.
Puede dividirse en fase menstrual y fase preovulatoria.
La menstruación es la fase en la que se produce el desprendimiento del endometrio, la capa interna uterina que ha ido creciendo gracias a la acción de los estrógenos. Las contracciones uterinas son las responsables del desprendimiento del endometrio. Estas contracciones se llevan a cabo por las prostaglandinas, unas sustancias encargadas además de gestionar la inflamación del proceso menstrual.
Una vez finalizada la menstruación, comienzan a aumentar los niveles de estrógenos que estimularán, de nuevo, el crecimiento del endometrio.
A lo largo de la fase folicular, en el interior del ovarios, varios folículos (entre 6 y 8) terminan su proceso de maduración, aunque solo uno de ellos llegará al proceso de ovulación (en raras ocasiones pueden llegar dos). Durante esta maduración los folículos producen estrógeno, hormona que, entre otras muchísimas funciones, incide en el crecimiento del endometrio uterino.
Sin ovulación no hay menstruación (ni ciclo)
La ovulación es el resultado de la maravillosa comunicación hormonal que ocurre en nuestro cuerpo y, por ello, el acontecimiento central del ciclo, ya que sin ovulación no hay ciclo menstrual.
Gracias a ella damos paso a la fase lútea, en la cual producimos obtenemos progesterona, una hormona sexual producida en el ovario cuyas funciones son fundamentales para nuestro organismo.
La progesterona es la hormona de la calma, estimula el sistema Gaba, mejorando la tolerancia al estrés y el sueño, además de tener efecto antiinflamatorio.
En esta etapa, el folículo dominante alcanza su maduración máxima y el óvulo se libera al peritoneo, dónde es captado por la trompa uterina.
La concentración de estrógenos elevada al final de la fase folicular estimula la producción a nivel de la hipófisis de hormona luteinizante (LH), la cual estimula el inicio de la ovulación.
Fase lútea
Transcurre desde la ovulación hasta el comienzo de la siguiente menstruación, tiene una duración constante entre 11 y 16 días. En sus últimos días acoge a la fase premenstrual.
El folículo que quedó en el interior del ovario después de la menstruación se transforma en el cuerpo lúteo o cuerpo amarillo, encargado de segregar progesterona.
Gracias a la progesterona, el endometrio se vuelve más esponjoso. Se favorece así el entorno para una posible implantación. Si esta no ocurre, el endometrio volverá a desprenderse dando comienzo a un nuevo ciclo.
¿Cómo es un ciclo saludable?
✔️ Duración del ciclo entre 21 y 35 días
✔️ El sangrado menstrual dura entre 2 y 7 días, además de ser líquidos, sin coágulos
✔️ En cada menstruación, un sangrado máximo de 80ml
✔️ Debe ser un ciclo ovulatorio
✔️ Menstruación sin dolor o con molestias tolerables
✔️ Ausencia de síndrome premenstrual
✔️y no olvidemos que NO TODOS LOS CICLOS TIENEN POR QUÉ SER IGUALES
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Bibliografía
https://www.jpagonline.org/article/S1083-3188(22)00225-X/abstract
